La teoría detrás de la intervención farmacéutica es matar las células cancerosas. El sello distintivo del cáncer es la rebelión de las células contra la identidad del organismo (la auto-identidad), rebelión en la cual los rebeldes proliferan enteramente por su cuenta, fuera de control, debido a un repetido agravio inmunitario. Para la Ayurveda en todo cáncer intervienen los tres doshas, pero cuando un cáncer aparece como resultado de un desarreglo de Vata y los síntomas con que se presenta son idénticos a una de las formas de las enfermedades de Vata, debe Ser identificado como tal; aunque no todo cáncer es una enfermedad de Vata, así como tampoco las enfermedades de Vata se limitan al cáncer.

Ninguno de los recursos medicinales de Ayurveda es administrado con la intención de matar células anómalas, que, después de todo, no eran más que los síntomas del problema. En vez de tratar de aniquilar los tejidos no funcionales, el Ayurveda los convence de que empiecen nuevamente a trabajar, reavivando sus fuegos digestivos y nutriéndolos. La violencia química asusta más a las células; la nutrición alimenta su confianza. Visualizar violencia (por ejemplo, ataques contra las células cancerosas) refuerza la violencia; después de todo, las células cancerosas pertenecen al cuerpo, atacarlas es atacar al cuerpo. En el mundo ya hay demasiada violencia; necesitamos visualizar presencias benignas y constructivas, para que, con ayuda de ellas, creemos salud en nuestra propia vida.

El hecho es que desarrollamos células cancerosas a través de nuestros cuerpos a través de nuestras vidas, ahí es donde está la importancia de la Ayurveda «su práctica es para no despertar el cáncer que todos nosotros traemos». Nuestros cuerpos son normalmente capaces de encontrarlos, identificarlos y destruirlos antes de que sean capaces de crecer incontrolablemente. éste es el acontecimiento normal, que está sucediendo constantemente en un cuerpo sano. Es sólo cuando el cuerpo sano se vuelve incapaz de montar sus defensas normales, debido a una plétora de posibles causas, que las células cancerosas siguen reproduciéndose a un ritmo incontrolable y el cáncer se convierte en una amenaza para la vida. Esto es un fracaso o descomposición de nuestro sistema inmunológico normal y muy posiblemente el fin de nuestras vidas.

«¿Por qué la gente está dispuesta a hacer cola para comprar comestibles supuestos productos alimenticios en detrimento del bienestar de su familia, cuando no están dispuestos a considerar un enfoque natural probado para la salud? Así que muchas personas me contactan después de un tratamiento tradicional ha fallado».

¿Cómo los fármacos podrán dirigirse a las células cancerosas si nuestros propios cuerpos no pueden? ¿Qué evitará que estos agentes farmacéuticos destruyan las células sanas? ¿Es la teoría para matar las células cancerosas con drogas farmacoquimicas antes de que el paciente muera? En la gran mayoría de los casos de cáncer, los resultados acumulados de múltiples insultos al sistema inmunológico, no se reconocen. El tratamiento del cáncer se convierte en la única prioridad en la atención al paciente. Este es un error devastador y con mucha frecuencia resulta en la muerte del paciente. El cáncer debe ser tratado no sólo como una enfermedad en sí mismo, sino como una enfermedad de oportunidad que tiene lugar en un huésped comprometido. Debemos mirar al paciente como un organismo multifuncional en su conjunto con respuestas inmunes que son tan variadas como las enfermedades que se requieren para luchar. Si no tenemos los medios para estimular una respuesta inmune,

Todas las enfermedades crónicas, y el cáncer con el período de latencia extendida definitivamente califica como uno, es predominantemente debido a factores ambientales y muchos investigadores estiman esta estadística para ser un mínimo del 90%. Por lo tanto, la medida en que puede controlar su entorno tiene una relación directa con su incidencia de enfermedad crónica y debe ser considerada como una causa de descomposición del sistema inmunológico. Esto debe ser abordado en conjunto con el cáncer, con el fin de asegurar el mejor resultado posible para el paciente. Cualquier estilo de vida y/o tratamiento que no se ocupe de las causas subyacentes de la ruptura del sistema inmunológico será paliativo en el mejor de los casos, y la vida en peligro en su peor. Un abordaje quirúrgico a un desarrollo metastásico pasa por alto la pregunta obvia… ¿Qué otras áreas se han afectado que no conocemos?

Normalmente, el fracaso del sistema inmune es gradual y tiene lugar durante un período prolongado de tiempo. Podemos pensar que los resfriados frecuentes, la tos crónica, la fatiga, el malestar, la depresión, la próstata agrandada, la obesidad, la pérdida de la libido o una serie de otros síntomas son normales, pero son signos de síntomas directos de descomposición del sistema inmune o de otros problemas Que afectará directamente la función del sistema inmunológico.